¿Quién dijo que uno solo no era suficiente?
Quién lo dijera, seguramente, nunca conoció el proyecto que te presentamos hoy.
UN SOLO VINO.
UN VINO DE JEREZ QUE NO ES UN JEREZ.
Este valiente se llama Sotovelo, y solito conquista paladares del mundo entero.
Sotovelo procede de una de las zonas vinícolas más antiguas de España, Jerez. Y se elabora con la variedad de uva blanca autóctona llamada palomino, con la que también se producen los vinos finos y manzanilla.
Si no te suena el nombre de palomino, no te preocupes. Esta variedad es conocida con 143 nombres diferentes.
Quizá te estés preguntando, ¿por qué no es un Jerez si es un vino de Jerez?
Los vinos de Jerez están fortificados, es decir, se les añade alcohol de vino, con el fin de aumentar su graduación alcohólica final.
Sotovelo, sin embargo, es un vino tranquilo, pero elaborado bajo el proceso “velo de flor” que le da un complejo sabor, matices y textura extraordinarios.
¿En qué consiste la elaboración bajo velo de flor?
Es un proceso tradicionalmente empleado para elaborar fino o manzanilla, y que Sotovelo ha usado de manera pionera para la elaboración de vino blanco.
Su vino es criado durante 8 meses bajo velo de flor (es decir, una fina capa de levaduras) en bocoyes de castaño.
Durante este bioproceso, las levaduras inician la formación de pequeñas colonias que parecen flores, uniéndose para formar el famoso velo. Con el tiempo, el cuidado, y las condiciones adecuadas, el velo se expande, se espesa y acaba cubriendo toda la superficie del vino dentro de las barricas.
Estas levaduras que se alimentan de etanol, glicerol y azúcares, son las que aportan al vino una graduación alcohólica moderada (12%), una sensación de frescor en el paladar y lo convierten en uno de los vinos más secos del mundo (<1g/L de azúcar residual).
Sotovelo ofrece un sabor único que mezcla notas de almendra y pan tostado junto con matices salinos y minerales, combinados con la frescura de los cítricos, manzana verde y nectarina, típicos de la variedad palomino.
